Enfermedad profesional: riesgos para la empresa

21/09/2023

El Ministerio de Trabajo y Política Social ofrece esta definición general de enfermedad profesional: "todo estado morboso que pueda relacionarse causalmente con la realización de cualquier actividad laboral". Para las empresas, cuando un trabajador sufre las consecuencias de una enfermedad profesional, pueden surgir responsabilidades (económicas y jurídicas) más o menos graves, en función del grado de responsabilidad que se les atribuya.

En efecto, es responsabilidad del empresario poner en marcha todos los procedimientos exigidos por la ley para garantizar un entorno de trabajo seguro, minimizando los riesgos para la salud de los trabajadores e informándoles sobre los peligros específicos de sus actividades.

¿Qué riesgo corre la empresa en caso de enfermedad profesional y qué significa la enfermedad profesional para el empresario?

Enfermedad profesional: ¿cuándo se aplican los requisitos?

La enfermedad profesional también se denomina tecnopatía y puede producirse cuando los trabajadores sufren una exposición prolongada a un factor de riesgo presente en su lugar de trabajo habitual. Por supuesto, debe existir una relación causal suficientemente directa entre la enfermedad y el riesgo para que se trate de una enfermedad profesional.


En términos generales, cabe distinguir dos tipos de enfermedades profesionales: las tabuladas y las no tabuladas. ¿Cuáles son las diferencias entre ambas?

· Las enfermedades profesionales "tabuladas" se recogen en cuadros específicos, uno para la industria y otro para la agricultura: estos listados especifican un conjunto de patologías claramente relacionadas con las actividades laborales mencionadas, que se producen en un plazo máximo desde el fin de la actividad laboral (conocido como periodo máximo de indemnización). Cuando el trabajador manifiesta una de estas patologías, no tiene que demostrar su origen laboral, pero es el INAIL el que puede tener que demostrar claramente el origen no laboral de la lesión.

· Como puede adivinarse, las enfermedades profesionales no catalogadas no figuran en ningún cuadro y la carga de la prueba de que son enfermedades profesionales recae directamente en el trabajador que las manifiesta.



Responsabilidad de la empresa en caso de enfermedad profesional

El artículo 2087 del Código Civil establece que "El empresario está obligado a adoptar las medidas que, según la naturaleza particular del trabajo, la experiencia y la técnica, sean necesarias para proteger la integridad física y la personalidad moral de los trabajadores".


Queda claro, por tanto, que es el empresario quien debe responder civilmente (y, en algunos casos concretos, también penalmente) en caso de que no adopte medidas adecuadas al contexto o sector de trabajo de que se trate.

Conviene recordar que las empresas que emplean a un solo trabajador están obligadas a suscribir un seguro INAIL contra accidentes de trabajo y enfermedades profesionales: la presencia de dicho seguro puede dar lugar a la exoneración parcial de la responsabilidad civil del empresario en los casos en que la patología desarrollada pueda atribuirse a la conducta del trabajador o de las personas encargadas de su supervisión.

Además, el empresario puede tener que responder de los daños causados por un acto ilícito de los supervisores en quienes haya delegado las funciones de garante (según el artículo 2049 del Código Civil) y, por tanto, es responsable cuando la no adopción de medidas de seguridad adecuadas sea imputable a una persona que haya designado para dirigirlas.

En cambio, puede quedar exento de responsabilidad si:

· la responsabilidad penal se imputa a un tercero por la conducta subyacente a la enfermedad profesional;

· en caso de falta intencionada del trabajador;

· en caso de conducta del trabajador ajena a la prestación laboral, o imprevisible o exorbitante en relación con los límites impuestos por la misma.

Un empleado víctima de una enfermedad profesional puede interponer una demanda civil contra la empresa en la que trabaja, en determinados casos específicos:

· cuando la enfermedad se deba a hechos imputables al empresario o a sus agentes directos (constituye delito de infracción de las normas de prevención de riesgos laborales);

· cuando la responsabilidad penal del empresario o de sus agentes quede establecida por una condena firme;

· cuando un juez disponga una indemnización superior a la abonada por el INAIL.



Prestaciones empresariales en caso de enfermedad profesional

Una de las preguntas más frecuentes al tratar este tema es la relación entre enfermedad profesional y despido: ¿es posible que el empresario rescinda el contrato en caso de enfermedad profesional de su empleado?

Básicamente, un trabajador que sufre los efectos de una enfermedad profesional tiene derecho a conservar su puesto de trabajo, dentro de los términos del periodo de comporto (artículo 2110 del Código Civil), es decir, un número máximo de ausencias por enfermedad establecido en su contrato o en el CCNL pertinente. El despido durante este periodo se considerará nulo.

Cuando, por el contrario, la enfermedad profesional se debe a una infracción de las normas de salud y seguridad en el trabajo, la empresa no puede despedir al trabajador ni siquiera una vez superado el periodo de comporto.


Una vez transcurridos los días estipulados, en cambio, el empresario puede proceder al despido, siempre que quede clara la relación causal y temporal entre el despido y la superación del período compuesto estipulado. No obstante, existen enfermedades consideradas especialmente graves que permiten al trabajador conservar
su puesto de trabajo incluso más allá del periodo estipulado contractualmente: corresponde a éste informar a la empresa del tipo de enfermedad que padece antes de que ejerza su derecho a despedirle.


¿Qué debe hacer el empresario en caso de enfermedad profesional? Cuando la enfermedad profesional provoca una incapacidad laboral (temporal y absoluta), el empresario debe pagar:

· 100% del salario del día en que se ha producido la enfermedad, si ha dado lugar a la abstención del trabajo);

· 60% del salario de los 3 días siguientes.

INAIL, en cambio, pagará:

· una indemnización del 60% del salario diario del trabajador a partir del 4º día y hasta el 90º día de abstención del trabajo;

· 75% del salario desde el día 91 hasta la recuperación total.

No es infrecuente que los CCNL prevean un complemento financiero a la prestación del INAIL por parte del empresario durante todo el periodo de mantenimiento del empleo.

Tras el despido, ¿quién paga la enfermedad profesional si provoca una incapacidad laboral permanente parcial o absoluta? En este caso, se aplica el sistema de indemnización por daños biológicos: la prestación económica se determina en función de la gravedad del daño y, tras deducir una franquicia por incapacidad de hasta el 6 %, se puede pagar una indemnización por incapacidad de hasta el 16 % o una renta vitalicia por incapacidad más grave.

En caso de fallecimiento del trabajador, los supervivientes tienen derecho a una renta vitalicia calculada sobre la base del salario anual del trabajador fallecido.



La dermatitis de contacto es una enfermedad profesional: evítela con Nettuno

Existen numerosos riesgos presentes en los contextos laborales, que pueden desencadenar diversas enfermedades profesionales relacionadas con numerosos tipos de riesgos, como:

· exposición al ruido;

· exposición a vibraciones;

· exposición a campos electromagnéticos;

· exposición a la radiación UV;

· exposición a sustancias nocivas (disolventes, silicona, amianto, metales pesados, etc.);

· exposición al estrés psicofísico;

· exposición a movimientos o posturas incorrectos.


Esta amplia gama de riesgos puede provocar daños permanentes en la vista, el oído, el sistema nervioso, la psique, el sistema musculoesquelético, pero también en la piel. Las dermatosis contraídas en el lugar de trabajo figuran sin duda entre las enfermedades profesionales más frecuentes, especialmente en determinados ámbitos profesionales (por ejemplo, para los trabajadores de la construcción, agricultores, mecánicos y metalúrgicoscurtidores, pero también para médicos y enfermeros, herreros, impresores, instaladores de ventanas o soldadores).

Por eso, desde hace cinco décadas, la investigación de Nettuno se centra en la formulación de productos de alto rendimiento para la protección, el lavado y el cuidado de la piel.

Prevenir eficazmente la dermatitis profesional es posible gracias, sobre todo, a una cultura sanitaria compartida, que implique tanto a los empresarios como a los RSPP y a los propios trabajadores en procesos válidos.


Adoptar las mejores precauciones higiénicas en la empresa y suministrar los productos Nettuno dedicados a los profesionales puede ser una idea decididamente inteligente para reducir el riesgo de enfermedades profesionales. Cumplir con la legislación vigente en materia de salud y seguridad en el lugar de trabajo, además, puede evitar que las empresas se vean involucradas en demandas civiles, posibles responsabilidades penales, daños económicos y peligrosas caídas de la producción debido a la ausencia de empleados.

Póngase en contacto con nuestros expertos para recibir asesoramiento personalizado sobre su categoría profesional y sus necesidades específicas.